martes, 12 de mayo de 2015

Mi felicidad



No sé por qué te escribo, después de todo te siento muy cerca, soy sólo yo que aún no me acostumbro a tu ausencia.
Por momentos te siento cercana, tanto que casi podría tocarte, pero siempre es así en mis sueños, donde no hay distancias, fronteras, un pasado, o una línea de tiempo que separe límite nuestras vidas… El dolor es cuando despierto y comprendo cuán lejos estás de mi realidad.
Después de haber estado viéndote en todo aquello que me rodeaba, hoy miro a través de mi ventana y sólo veo el reflejo de mi propio rostro pegado al otro lado del cristal.
Demasiadas horas sin dormir, demasiado tiempo ausente, lejos de mi propio cuerpo donde eres todo lo que necesito y quiero, donde podemos correr el uno tras del otro, sin nada que temer…
Pero cada amanecer es lo mismo,
te grito con todas mis fuerzas:
“¡No te separes de mí,
quédate y prometo hacerte feliz

como nadie más lo hará!”

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